lunes, 31 de octubre de 2011

Tratamientos Mecánicos, Térmicos y Químicos

Tratamientos mecánicos 

Mejoran las características de los metales por deformación mecánica, con o sin calor. 
Existen los siguientes tratamientos mecánicos: 
- Tratamientos mecánicos en caliente,  también denominados  forja.  Consisten en 
calentar un metal a una temperatura determinada para, luego, deformarlo 
golpeándolo fuertemente. Con esto se afina el tamaño del grano y se eliminan del 
material sopladuras y cavidades interiores, con lo que se mejora su estructura interna. 
- Tratamientos mecánicos en frío. Consisten en deformar el metal a la temperatura 
ambiente, bien golpeándolo, o por trefilado o laminación. Estos tratamientos 
incrementan la  dureza y la  resistencia mecánica del metal y, también, acarrean una 
disminución en su plasticidad. 

Tratamientos térmicos 

Son operaciones de calentamiento y enfriamiento de  los metales que tienen por objeto 
modificar su estructura cristalina (en especial, el tamaño del grano). La composición química 
permanece inalterable. 
Existen tres tratamientos fundamentales: 
- Recocido. El metal se calienta durante cierto tiempo a una temperatura determinada 
y, a continuación, se enfría lentamente. Se consigue una mayor plasticidad para que 
pueda ser trabajado con facilidad. La temperatura y la duración de este tratamiento 
dependerán del grado de plasticidad que se quiera comunicar al metal. 
- Temple.  Consiste en el calentamiento del metal, seguido de  un posterior 
enfriamiento realizado de forma brusca. Con esto se consigue obtener un metal muy 
duro y resistente mecánicamente. El endurecimiento adquirido por medio del temple 
se puede comparar al que se consigue por deformación en frío. 
- Revenido. Se aplica exclusivamente a los metales templados, pudiendo considerarse 
como un tratamiento complementario del temple. Con  ello se pretende  mejorar la 
tenacidad del metal templado, a costa de disminuir un poco su dureza.

Tratamientos termoquímicos 

Los tratamientos termoquímicos consisten en operaciones de calentamiento y 
enfriamiento de los metales, completadas con la aportación de otros elementos en la 
superficie de las piezas. 
Los más relevantes son: 
- Cementación.  Consiste en la  adición de carbono a la superficie de un acero que 
presente un bajo contenido en carbono a una cierta temperatura. Se obtiene así una 
dureza superficial muy elevada. 
- Nitruración. Es un proceso de endurecimiento del acero por absorción de nitrógeno a 
una temperatura determinada. Además, proporciona una buena  resistencia a la 
corrosión. Se utiliza para endurecer piezas de maquinaria (bielas, cigüeñales, etc.); 
también herramientas, como brocas, etcétera. 
- Cianuración.  Es un tratamiento intermedio entre los dos anteriores. Se utiliza no 
solamente en aceros con bajo contenido en carbono , sino también en aquéllos cuyo 
contenido en carbono sea medio o alto, cuando se pretende que adquieran una
 buena resistencia. 
- Carbonitruración. Consigue aumentar la dureza de los aceros mediante la absorción 
simultánea de carbono y nitrógeno a una temperatura determinada. La diferencia con 
el tratamiento anterior radica en que la carbonitruración se realiza mediante gases, y 
la cianuración por medio de baños. Se emplea en piezas de gran espesor. 
- Sulfinización.  Mediante la inmersión del metal en un baño especial se consigue 
incorporarle una capa de carbono, nitrógeno y, sobre todo, azufre. Con este 
tratamiento se aumenta considerablemente la resistencia al desgaste de los metales, a 
la vez que se disminuye su coeficiente de rozamiento.

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